DE LA GUERRA Y SUS PRINCIPIOS.
Abro
este post, con la intención de dar a conocer, aún que sea un poco por encima,
algunas de las referencias más importantes que solemos encontrar, en el mundo
de la estrategia.
Podemos definir Estrategia, como una toma decisiones, una planificación, bajo
el uso de unos principios, para lograr los objetivos deseados, pero puntualizo
que la estrategia, es efectivamente un arte, desarrollado en unas condiciones
siempre variables y cambiantes.
En algunas ocasiones, habéis observado que hablo del barón Karl Von
Clausewitz, conocido principalmente por su tratado De la Guerra, titulado
originalmente por Clausewitz “Von der Strategie überhaupt”, en el que aborda a
lo largo de ocho volúmenes un análisis sobre los conflictos armados, desde su
planteamiento y motivaciones hasta su ejecución, abarcando comentarios sobre
táctica, estrategia e incluso filosofía.
Quisiera señalar que Clausewitz no creó ninguna estrategia de guerra sino
que, partiendo de las estrategias y tácticas empleadas principalmente por
Napoleón escribió un “manual” donde describía y analizaba dichas operaciones.
Von Clausewitz sufrió en sus propias carnes el rodillo imparable del ejército
de Napoleón al participar en varias batallas como la de Lützen, en la que
resultó herido tras liderar personalmente varias cargas de caballería.
Prusia se convirtió en un Estado satélite de Francia y Clausewitz pasó a ser
uno de los 25.000 prisioneros capturados aquel fatídico día. Tenía entonces 26
años, y permaneció cautivo en Francia hasta 1808.
Para poder centrar un poco más el tema histórico, hemos he hablar sin duda alguna sobre la Revolución Francesa que comenzó en 1789 y terminó a fines de la década de 1790.
La agitación fue causada por el descontento generalizado con la monarquía francesa y las malas políticas económicas del rey Luis XVI que llevaron al país a la banca rota. El vaciado de las arcas reales, las malas cosechas, la sequía, las enfermedades del ganado y el aumento de los precios del pan habían provocado un gran malestar entre los campesinos y los demás súbditos de las ciudades, sumado a ello, la monarquía imponía fuertes impuestos, pero no proporcionaba ningún alivio.
En el otoño de 1786, el controlador general de Luis XVI, Charles Alexandre de Calonne, propuso una reforma financiera que incluía un impuesto territorial universal del cual las clases privilegiadas ya no estarían exentas incluidos los nobles en particular que fueron reacios a renunciar a los privilegios de que disfrutaban bajo el sistema tradicional.
El 12 de junio de 1789, mientras la Asamblea Nacional (conocida como Asamblea Nacional Constituyente) estaba reunida en Versalles, el miedo y la violencia consumieron la capital.
Los parisinos entraron en pánico cuando comenzaron a circular rumores de un golpe militar inminente. Una insurgencia popular culminó el 14 de julio cuando los alborotadores asaltaron la fortaleza de la Bastilla en un intento de conseguir pólvora y armas; muchos consideran este evento, ahora conmemorado en Francia como fiesta nacional, como el comienzo de la Revolución Francesa.
La ola de fervor revolucionario y la histeria generalizada barrió rápidamente el campo, revolviéndose contra años de explotación. Los campesinos saquearon y quemaron las casas de los recaudadores de impuestos, los terratenientes y la élite señorial.
Conocido como el Gran Miedo ( la Grande peur ), la insurrección campesina aceleró el creciente éxodo de nobles del país e inspiró a la Asamblea Nacional Constituyente a abolir el feudalismo el 4 de agosto de 1789, firmando lo que el historiador Georges Lefebvre llamó más tarde el “certificado de defunción del antiguo orden ".
El 4 de agosto de 1789, la Asamblea adoptó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano ( Déclaration des droits de l'homme et du citoyen ), una declaración de principios democráticos basada en las ideas filosóficas y políticas de pensadores de la Ilustración como Jean-Jacques. Rousseau, que reemplazaba el ancien régime por un sistema basado en la igualdad de oportunidades, la libertad de expresión, la soberanía popular y el gobierno representativo.
Las monarquías emparentadas europeas, como Austria y Prusia, vieron una oportunidad de ayudar y apoderarse de Francia; por otro lado, el rey Luis XVI estaba construyendo alianzas contrarrevolucionarias con ellos a pesar que en abril de 1792, la Asamblea Legislativa les había declarado la guerra.
El 21 de enero de 1793 el rey Luis XVI, fue condenado a muerte por alta traición y delitos contra el Estado, a la guillotina; su esposa María Antonieta sufrió la misma suerte nueve meses después.
El 22 de agosto de 1795, la Convención Nacional, compuesta en gran parte por girondinos que habían sobrevivido al Reino del Terror, aprobó una nueva constitución que creó la primera legislatura bicameral de Francia. Los realistas y los jacobinos protestaron contra el nuevo régimen, pero fueron rápidamente silenciados por el ejército, ahora dirigido por un joven y exitoso general llamado Napoleón Bonaparte.
El 9 de noviembre de 1799, Bonaparte dio un golpe de estado, abolió el Directorio y se designó a sí mismo como el " primer cónsul " de Francia. El evento marcó el final de la Revolución Francesa y el comienzo de la era napoleónica, en la que Francia llegaría a dominar gran parte de la Europa continental.
La tremenda derrota producida actuó, tanto en Clausewitz como en la mayoría de las mejores mentes militares prusianas, en forma de revulsivo. La considerada como una de las mejores maquinarias bélicas de su época había sido aplastada sin remisión por un ejército de base popular y origen revolucionario.
El gran estratega de la época es sin duda Napoleón Bonaparte, “le petit
caporal” de alma orgullosa y ardiente, de mente ágil, brillante, con gran
talento, dotado con un don especial para encontrar ideas nuevas con una
profundidad increíble, su capacidad de trabajo no tiene límites.
Pero todo tiene un principio, una base, una fuente, Napoleón es un hombre
culto, lee a Platón, a Tácito, a Plutarco, a Montaigne, a Montesquieu y hasta a
Corneille al que se sabe de memoria.
En 1788, Napoleón es destinado a Auxonne, Borgoña. Su jefe, el general Du Teil,
tiene grandes ideas sobre la guerra y le hace leer “Essai général de Tactique” del
conde Guibert, amante de Mademoiselle de Lespinasse. En ese tratado se
encuentra la teoría de la esencia de la guerra napoleónica: “Adquirir
superioridad en un punto dado y obtener un efecto sorpresa por la rapidez de
movimientos.”
Francia contra el mundo, contra Europa, una Europa gobernada por monarquías emparentadas las unas con las otras, temerosas de las constituciones liberales, recelosas de la pérdida de sus privilegios y en ocasiones de sus cabezas. También todo tiene un final, Napoleón es fruto de su tiempo, de la Revolución Francesa, que devora a sus hijos como Saturno.
Después de Waterloo, en su inminente derrota final, los Estados Unidos de
América le ofrecen asilo. José Bonaparte se refugió en EUA y otros miembros más
de su familia se asentaron en Norteamérica; incluso, a fines del siglo XIX,
Charles Bonaparte, un sobrino del emperador, sería Secretario de Marina de la
ya naciente potencia americana,
Napoleón solicitaría a sus vencedores británicos que le permitan marchar al
exilio a EUA, lo cual le fue negado y llevado en calidad de prisionero a Santa
Helena, y es que temieron, con razón, que el corso hipnotizara a los
norteamericanos, que no olvidaban la ayuda del General La Fayyette en la Guerra
de Independencia y veían en Napoleón a la encarnación de los ideales de la
Revolución Francesa y la Ilustración, tan importantes para sus "Padres
Fundadores" en el nacimiento de su país.
Pero, sigamos con Clausewitz, veamos un poco por encima cuáles son los principios básicos de la guerra según él.
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