LA SENDA DEL GUERRERO

sábado, 14 de noviembre de 2020

 BATALLA DE GAUGAMELA O ARABELA.

Parte II

Hablábamos que Alejandro a causa de la superioridad de los persas, hizo algo diferente; eligió colocar a la infantería en ángulos en los extremos de los flancos derecho e izquierdo, para protegerse contra una posible maniobra de flanqueo de los persas. También colocó infantería griega adicional en la parte trasera del centro.

 


Alejandro dirigió un ejército de macedonios y griegos, se cree un total de 40.000 hombres, repartidos aproximadamente en, 12.000 “Compañeros de pie” macedonios que usaban la lanza de 5,5 metros, 3.000 Guardias reales ('Hipaspistas') armados con una lanza más corta y 1.800 Caballería de compañía. Sus aliados griegos proporcionaron 9.000 hoplitas y caballería, complementados por tropas de armas ligeras del norte de Grecia. La infantería griega fue enviada a una distancia de doscientos o trescientos metros hacia la parte posterior de la falange macedonia, con instrucciones de prepararse para enfrentar los ataques enemigos, ya sea desde la parte delantera o trasera.

Dario colocó a sus mejores tropas en el centro, alternando caballos y soldados de a pie, con sus carros y elefantes al frente. En sus alas derecha e izquierda colocó masas de caballería. Una segunda línea, que consta de unidades de infantería nativa, respaldaba la línea frontal fuerte. El plan de Dario era envolver ambas alas del ejército de Alejandro con sus miles de caballería, inmovilizar la falange macedonia y luego aplastar el centro con sus carros, caballería e infantería combinados.

Cuando el ejército de Alejandro avanzó hacia los persas, ordenó al centro que comenzara un movimiento simultáneo hacia la derecha, en un ángulo oblicuo y los macedonios respondieron, moviéndose escalón por escalón diagonalmente hacia el ala izquierda persa.
Preocupado, Darío respondió ordenando a la caballería en su centro izquierdo que coincidiera con el movimiento de los macedonios, extendiendo su línea a su izquierda. También lanzó su caballería izquierda y derecha para atacar los flancos macedonios en un intento de detener la maniobra de Alejandro.

 


 
El ejército de Alejandro se estaba cerrando en el centro izquierdo persa, con el poder concentrado de la caballería pesada y la falange macedonia apuntada, escalón a escalón, hacia el corazón de la formación de Darío. Cuando los persas marcharon a su izquierda para igualar el enfoque oblicuo de Alejandro, abrieron una brecha en su línea de frente, el mismo resultado hacia el cual Alejandro había estado maniobrando.

Alejandro dio media vuelta hacia la brecha, formando una cuña, la caballería y parte de la falange, entraron directamente hacia el propio Dario. Durante un corto período de tiempo se produjo una lucha cuerpo a cuerpo ... ver a Alejandro tan cerca, Dario entró en un estado de terror, por lo que fue el primero en darse la vuelta y huir.

Con DarÍo huyendo del campo de batalla, el ejército persa comenzó a separarse, especialmente los unidades nativas de la segunda línea. Alejandro estuvo tentado de seguir a DarÍo para realizar su captura y terminar la guerra. Pero un mensajero le informó que su ala izquierda estaba en peligro de ser abrumada por la caballería persa de derecha. Alejandro reunió a la “Caballería Compañera” y volvió a cruzar el campo de batalla para atacar a la caballería persa en su flanco y retaguardia y terminar la batalla.


Alejandro Magno logró su mayor victoria usando una estrategia que los generales del Siglo XX, llamarían “La Teoría del acercamiento indirecto” es decir, un ejército victorioso opera en la línea que menos se espera.

La muerte de Darío III

Darío que había huido de la batalla, llegó a la cercana ciudad de Raga o Rhages, donde comprobó rápidamente su pérdida de poder. Los sátrapas o gobernadores Bose, Satibarzanes y Barsaentes, junto a Nabarzanes, jefe militar de su guardia personal, creían que Darío III había perdido el favor divino y debía delegar el poder en un nuevo rey que fuera capaz de vencer a sus enemigos. Cuando el soberano se negó a aceptar esa idea, fue arrestado, cargado con grilletes de oro y puesto en un carruaje que marchó hacia el este.

Al cabo de pocos días, Alejandro se adelantó con un reducido número de caballeros, para apresar a Darío cerca de la ciudad de Hecatompilo, y el pánico se apoderó de los persas. En medio de la confusión generada por la llegada de los macedonios, los sátrapas Satibarzanes y Barsaentes acuchillaron a Darío III y abandonaron su cuerpo en el carro al margen del camino. Cuando Alejandro llegó junto a su adversario, Darío III ya estaba muerto.


 

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