CUANDO LOS DIOSES CAMINABAN JUNTO A LOS HOMBRES.
La guerra ha estado presente entre nosotros desde los albores del tiempo y nos muestra la cara más oscura, la naturaleza más destructiva del ser humano que va desde lo físico hasta lo psicosocial, así como los efectos perjudiciales en el medio ambiente. Por suerte, a muchos como a mi, nos ha tocado vivir en paz, al habitar en un espacio geo-temporal privilegiado, pero conocemos de primera mano los desastres de la guerra, a través de la experiencia de nuestros mayores, a través de los medios de comunicación y a través de la historia.
El mayor impacto que me produce la guerra personalmente, es el hecho de su perpetuidad a lo largo del tiempo. La desgracia imperecedera no nos ha hecho más sabios, ni más juiciosos o más precavidos, parece que solo nos ha servido para saber matar más y mejor, sin haber aprendido que matar a tu enemigo, en el fondo es matarte a ti mismo.
No voy a enunciar la larga lista de motivaciones o excusas que ha tenido el ser humano para acabar con su prójimo…la codicia, la ira, la envidia, el miedo, la disparidad, la religión, el instinto o… sencillamente porque no me gustaba el color de tu corbata o el tono de tu voz.
Lo que expondré a lo largo de este blog, es una breve exposición de los métodos, tanto estratégicos como tácticos que se ha utilizado en la guerra. Empezaremos pues, por lo que la historia nos ha enseñado como el principio del conflicto.
Jericho, que, junto con Uruk, tiene el derecho de obtener el
título de la ciudad más antigua del mundo, ha proporcionado a los arqueólogos
pruebas sólidas de que una ciudad fortificada se encontraba en el sitio antes
del 7000 a. C.
Las paredes de la fortaleza tenían 3 metros de espesor y 4 metros de altura,
rodeadas por un foso de 9 metros de ancho y 3 metros de profundidad, lo que
sugiere la importancia de la defensa. Así pues, conocemos la estrategia
empleada por los habitantes de Jericho para defender su ciudad pero, no tenemos
constancia de las estrategias empleadas por los atacantes para destruirla, solo
sabemos, por los restos arqueológicos que el arco simple estaba en uso en
Mesopotamia ya en el año 10.000 a. C.
Sabemos también que en aquél tiempo sólo existía la infantería, consistente en
cuerpos relativamente pequeños de tropas de choque y las armas usadas en los
conflictos se limitaban a espadas de bronce, lanzas de madera con puntas de
bronce, arcos simples con sus flechas, escudos de mimbre o forrados de cuero y
tal vez se utilizaba también la piedra como proyectiles arrojadizos.
Sabemos que la primera formación fue la falange, que se empleó por primera vez
en Sumer en el año 3000 a. C. y se convertiría en el estándar para las
formaciones de infantería durante miles de años.
La primera guerra registrada en la historia, tuvo lugar en Mesopotamia en el año
2700 a. C. entre Sumer y Elam. Poca cosa sobemos de esta guerra, los sumerios ,
bajo el mando del rey Enembaragesi, de Kish, derrotaron a los elamitas y se
anexionaron territorio y rutas comerciales.
Aproximadamente al mismo tiempo que esta campaña, el rey Gilgamesh de Uruk
marchó sobre sus vecinos para obtener cedro para la construcción de un templo.
Este rey, ha alcanzado la fama sobre todo como protagonista del Poema de
Gilgamesh, considerada la obra literaria más antigua del mundo.
En el 2500 a. C. los sumerios utilizaron por primera vez el caballo con bridas
y riendas, en sus batallas además, los caballos también se unían a los carros
que arrastraban mediante un yugo, de manera similar a como se hacía con los
bueyes. Eran los primeros carros de guerra.
No fue hasta la aparición de los Hícsos, mediados de siglo XVII a. C, con su
invasión de Egipto que no apareció el arnés que permitía al caballo moverse con
mayor rapidez y arrastrar más peso.
El manual más antiguo conocido sobre el entrenamiento de caballos para la
guerra de carros fue escrito en 1350 a. C. por el maestro de caballos hitita ,
Kikkuli.
Junto con el carro de guerra, las armas de bronce y las nuevas tácticas, los
hicsos trajeron el avance del arco compuesto. Mientras el ejército egipcio
usaba simples arcos de madera o caña con un alcance de alrededor de 100 metros,
el arco compuesto era capaz de lanzar un poderoso golpe a 200 metros.
El desarrollo del arco compuesto cambiaría la forma en que se libraba la guerra
en el hecho de que las tropas de choque que estaban agrupadas juntas eran objetivos
fáciles para los arqueros, mientras que las formaciones más flexibles invitaban
a la destrucción por las tropas de choque opuestas. Esto condujo a cambios en
las formaciones de batalla en general y al desarrollo de tácticas militares.
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