EL CÓDIGO BUSHIDO.
Bushidō, se traduce como "el camino (o la moral) del guerrero", se
usó por primera vez durante el período Kamakura (1192-1333), cuando Japón
estaba bajo tumultuosas guerras civiles. Alrededor del siglo XII, cuando
la influencia de la Corte Imperial disminuyó continuamente en la tierra de
Yamato, los gobernadores locales crecieron a pasos agigantados, lo que
finalmente llevó a algunos de ellos a convertirse en un "Daimyo o Señor
Feudal" que gobernaba territorios específicos independientemente del
gobierno central.
En 1185, Minamoto no Yoritomo, el tercer hijo de Minamoto no Yoshitomo, heredero del clan Minamoto (Seiwa Genji) y señor de la guerra de las provincias orientales, cuyo linaje se remonta a la familia imperial, gobierna como el primer Shogun de Japón al establecer el primer gobierno militar en Japón. Aunque la estabilidad inicial que logró Minamoto no logró traer una paz duradera a la tierra, surgieron focos de actos violentos en momentos aleatorios.
En 1467 el gobierno militar nacional colapsó, sumiendo a Japón en la confusión.
Fue en esos momentos cuando las familias reales japonesas comenzaron a
fortalecer su fuerza militar para proteger su estatus en la sociedad. El Japón
feudal condujo a la formación de varias escuelas que enseñaban diferentes tipos
de estrategias de guerra. El país estaba en un caos total y no había otra
opción que luchar contra los enemigos.
El Zen es una derivada de la escuela del budismo mahāyāna que es una de las dos
ramas principales del budismo que se desarrolló en China en el siglo VII y
llegó a Japón desde Corea, pero debemos de comprender que el Zen, al igual que
otras formas religiosas, no es un monolito único y estable, existen varias
tendencias o escuelas. En Japón, se le llamará Zazen, que es hoy la práctica
zen más conocida en Occidente.
El primer código Bushido, era una derivada directa del Zen y éste del
confucianismo y del sintoísmo y fue durante el período Edo (1603-1867) cuando
los maestros comenzaron a introducir la ética confuciana en el código,
modificándolo. Sin embargo, es conocido por los historiadores que, antes del
código Bushido ya existía un germen inicial, unas reglas que algunas familias
transmitieron o que tenían ciertos clanes. En nacimiento del código, fue
mucho más pragmático y directo y menos vago, místico o amplio de lo que se
viene enseñando. Esas reglas llamadas preceptos de la casa, se llamaban kakun.
Más tarde, durante el período Edo fue cuando los samuráis tuvieron acceso
a la educación en masa y el gobierno de Tokugawa apoyó un tipo de educación
neoconfucianista.
Esto se hizo para asegurar que los guerreros se mantuvieran leales a las
familias a las que servían. El código enseñó a los guerreros samurái (originalmente
significa "alguien que sirve") cómo poner sus obligaciones primero
antes que ellos mismos.
Significa elegir obedecer las órdenes de su superior sin importar lo que pase.
En el caso de que la orden no fuera cumplida, implicaría arriesgar su vida, se
debe hacer lo que le ordenen. Este código ha enseñado a los guerreros que el
decreto real es más importante que sus vidas.
Ese concepto de sumisa y total lealtad es bien explicado por Yamamoto Tsunetomo
(1659-1719) un samurái que alrededor del año 1710, escribió un libro llamado
“El Hagakure” u "Oculto en las hojas". El Hagakure fue un texto que
se mantuvo secreto durante muchos años y sólo iba dirigido al guerrero vasallo
del feudo de Hizen en el cual se reafirmaba el honor en la muerte.
Ahora, podemos comprender, la estrategia del ejército japonés durante los
sucesivos conflictos que se vieron envueltos hasta la Segunda Guerra Mundial,
la “pasión” por su emperador, los kamikazes, el patriotismo, el seppuku o
harakiri, etc.
El código Bushido en la actualidad.
Aunque los samurai oficialmente ya no existen, la influencia de estos grandes
guerreros aún se manifiesta profundamente en la cultura japonesa. Esta conducta
de autodisciplina, comportamiento respetuoso, lucha y aprendizaje ético se
convirtió en el comportamiento modelo a seguir para muchos de Japón a pesar de
la derrota de la Segunda Guerra Mundial.
Gracias al Bushido, Japón se ha convertido en una de las grandes potencias
mundiales. A partir de finales de la década de 1970, la economía de Japón
comenzó a crecer. Bushido llegó a significar trabajo extremadamente duro,
lealtad a la empresa para la que se trabajaba y devoción a la calidad y a la
precisión como un signo de honor personal, de ahí surgió los llamados “Círculos
de calidad” de Kaoru Ishikawa.
Los llamados “Círculos de calidad” o “Calidad Total en el Trabajo”, como se les conoce en Occidente, fue un método concebido en Japón en 1962 como un foro para capacitar a su fuerza laboral para mejorar la calidad de los productos manufacturados, de allí pasó a formar parte del organigrama total de las empresas, desde el Presidente, hasta el último trabajador. El control de calidad es voluntario. Los empleados son libres de unirse o no. En él se unen formando grupos de 8 a 10 empleados incluido el Supervisor del mismo taller que realiza un trabajo similar. El supervisor puede convertirse en líder del grupo, si los miembros así lo desean. Durante las distintas reuniones, estos grupos identifican, seleccionan, analizan y resuelven progresivamente los problemas. Posteriormente ofrecen sus soluciones propuestas a la gerencia para su consideración, aprobación e implementación. Es como lo que hoy en día se conoce como un “Bottom-Up” en la que, la táctica dicta la estrategia.
Bueno,
sigamos con el código, ya habrá tiempo para desarrollar esta idea en otra
entrada distinta. Así pues, diré que el Código Bushido se compone actualmente
de siete reglas o (como ellos lo llaman) siete virtudes fundamentales, aunque a
lo largo de los años se le fueron añadiendo otras:
GI: Rectitud (también conocida como
Integridad)
Esta es la virtud más fuerte del Bushido. Un samurái conocido lo define de esta manera: “La rectitud es el poder de uno para decidir sobre un curso de conducta de acuerdo con la razón, sin vacilar; morir cuando morir es correcto, golpear cuando golpear es correcto “.
REI: Respeto, Cortesía.
Para nuestro pensamiento occidental, se nos hace difícil discernir entre el servilismo y la cortesía. Los visitantes ocasionales que visitan Japón por primera vez han notado la cortesía y los buenos modales como rasgos distintivos japoneses y han podido experimentar de primera mano la diferencia.
YU: Valor Heroico, Coraje.
En Bushido, esto se distingue de la valentía. El valor es digno de ser contado entre las virtudes sólo si se ejerce en la causa de la Rectitud. Como se cita en las Analectas de Confucio: "Percibir lo que es correcto y no hacerlo, revela una falta de Coraje". En resumen, "Coraje es hacer lo correcto".
MEI YO: Honor, reputación.
El Bushido se ocupa también de la conducta no marcial: el sentido del honor, es una viva conciencia de la dignidad y valor personal, que caracterizó desde siempre al samurái. Nació y se crio para valorar los deberes y privilegios de su profesión. Sentirse ofendido por una leve provocación era ridiculizado.
Como dice el adagio popular japonés: “La verdadera paciencia significa soportar lo insoportable.
JIN: Compasión, benevolencia.
Se esperaba que un hombre investido con mucho poder, tanto para mandar y matar, demostrara poderes igualmente extraordinarios de benevolencia y misericordia: el amor, la magnanimidad, el afecto por los demás, la simpatía y la piedad, son rasgos de la Benevolencia, el atributo más alto del alma humana. Confucio como a menudo decía que el requisito más alto de un gobernante, es la Benevolencia .
MAKOTO: Honestidad.
El Bushido enseña que los hombres que deben comportarse de acuerdo con un estándar moral absoluto, uno que trasciende la lógica. Lo que está bien está bien y lo que está mal está mal. La diferencia entre el bien y el mal son datos dados, no argumentos, ni sujetos a discusión o justificación, un hombre debe conocer la diferencia. Finalmente, es obligación del hombre enseñar a sus hijos las normas morales a través del modelo de su propio comportamiento.
CHUU GI: Sinceridad, Deber y
Lealtad.
La realidad económica ha asestado un golpe a la lealtad organizacional en todo el mundo. No obstante, los verdaderos hombres permanecen leales a aquellos con quienes están en deuda: la lealtad a un superior era la virtud más distintiva de la era feudal. La fidelidad personal existe entre todo tipo de hombres: una banda de carteristas jura lealtad a su líder. Pero solo en el código del honor samurái, la lealtad adquiere una importancia primordial.
Estas siete virtudes samurái crean una octava virtud.
JISEI: Autocontrol.
Las primeras siete virtudes muestran lo que se requiere para convertirse en samurái. Este último es el camino para seguir, el camino del guerrero, el código de principios morales por el que vivían los samuráis… Pero, un viejo refrán japonés nos advierte: “'Despierta una abeja, y vendrá hacia ti con la fuerza de un dragón”.
Grandes empresas como Nissan, Yamaha, Sony o en occidente Britihs Petrolium,
trabajan bajo el Código Bushido, adoptando para sus empleados los llamados
“Círculos de calidad total en el trabajo”. También los militares japoneses
pero, debido a la alta concienciación antimilitarista a raíz de todo lo que supuso
la Segunda Guerra Mundial para Japón, el Bushido está muy limitado para ese
sector.
Históricamente hablando, los samuráis no siempre fueron tan moralmente correctos, e incluso entre ellos la moral cambió y se sesgó para favorecer cualquier propósito egoísta que acechara en la mente de uno. A pesar de todo el parloteo que hace sobre estos principios virtuosos, no es como se portaban en la realidad los guerreros samuráis en su conjunto. El Código Busshido, fue utilizado para fomentar el nacionalismo durante la Segunda Guerra Mundial, ayudar a vender libros en los años 80 sobre los hombres de negocios, a transformar la industria que se volvió cada vez más corporativa, un apoyo para fomentar los dogos de las artes marciales, para reclutar guardaespaldas de los modernos Shogun, para sobrevivir en el lado oscuro de la sociedad, etc. sin mencionar todas las películas que se aferran a esa idea y retratan a los samuráis como algo que nunca fueron.
EL LIBRO DE LOS CINCO ANILLOS.
Miyamoto Musashi.
Shinmen Musashi No Kami Fujiwara No Genshin, (1584-1645)
Japonés, más
conocido como Miyamoto Musashi, nació en 1584, en la población de Miyamoto, en
la provincia de Mimasaka. Los ancestros de Musashi eran una rama del poderoso
clan Harima, originario de la provincia de Kyushu, la isla más meridional de
Japón. Su abuelo, Hirada Shokan, era un servidor de Shinmen Iga No Kami
Sudeshige, amo del castillo de Takeyama y un importante señor feudal de la
época.
Cuando Musashi tenía siete años de edad, su padre, Munisai, murió o desapareció
(no se sabe exactamente). Ya que su madre había fallecido tiempo atrás, el
chico fué puesto bajo la tutela de un sacerdote, tío materno suyo. Con esto
encontramos a Musashi como huerfano durante la época de las campañas de
unificación del pais del Taiko Hideyoshi. Hijo de samurai, durante una de las
épocas más violentas de la historia de Japón, los escritos le describen como un
joven de carácter tumultuoso, con gran fuerza de voluntad, y físicamente muy
desarrollado para su edad.
Su tío insistió en que estudiase las artes del guerrero, y esto, unido a su
desarrollo físico y su carácter violento, hizo que pronto se viese involucrado
en combates. Se guarda registro de una lucha en la cual derrotó y mató a un
guerrero adulto, teniendo tan solo trece años de edad. Su oponente era Arima
Kigei, un experto samurai de la escuela de artes marciales Shinto. Musashi le
lanzó a tierra y acabó con él golpeándole la cabeza con un palo cuando
intentaba levantarse.
Musashi escribió sobre los diversos aspectos del Kendo, de tal forma que cada
uno puede estudiar según su nivel. Un principiante puede sacar provecho a nivel
de principiante, así como un experto puede captar sutilezas a nivel experto. Su
obra no se aplica solo a la estrategia militar, sino a cualquier situación en
la cual es necesario usar de la táctica.
Los hombres de negocios japoneses usan el "Libro de los Cinco
Anillos" como un manual de gestión empresarial, desarrollando campañas de
ventas tal y como si fuesen operaciones militares. Y que funcione bien o no,
depende simplemente de lo bien que se hayan comprendido los Principios de la
Estrategia.
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