LA GUERRA BOSNIA-HERZEGOVINA.
La guerra Bosnia-Herzegovina de 1992 a 1995. Bosnia-Herzegovina era la
república étnicamente más diversa de la antigua ex Yugoslavia, donde la
población repartida era musulmana (43,7%), serbia ortodoxa
(31,4%) y croatas católicos (17,3%). Estos grupos serían los enfrentados
en la guerra y cada uno de ellos definió un objetivo político para la guerra.
Para los serbobosnios apoyados por Serbia y los serbocroatas apoyados por
Croacia el objetivo político era la limpieza étnica entendida ésta como “la homogeneización
étnica de un área mediante el uso de la fuerza o la intimidación para eliminar
de una zona concreta a personas de otro grupo étnico o religioso” a fin de
crear territorios que entraran a ser parte de su Estado de referencia
identitaria.
La guerra que se libró en Bosnia-Herzegovina se enmarca en el proceso de
desmoronamiento del Estado yugoslavo como resultado de “la crisis económica y
la pérdida de legitimidad del régimen, producto de los vínculos cada vez
mayores entre una degenerada clase dirigente y una nueva clase de mafiosos”.
Sin embargo, el golpe definitivo al Estado yugoslavo se lo dio la pérdida del
monopolio de la violencia organizada en 1991 cuando eslovenos, serbios y
croatas empezaron a armar en secreto tropas independientes y grupos paramilitares
a partir de las estructuras militares y policiales del Estado yugoslavo. Las
fuerzas yugoslavas (El Ejército Nacional Yugoslavo - JNA y las
Fuerzas de Defensa Territorial - TO) se desintegraron en una combinación de
fuerzas regulares e irregulares a las que se añadieron criminales, voluntarios
y mercenarios.
Hacia el final de la guerra era posible identificar tres fuerzas regulares: el Ejército
Serbobosnio (ESB), el Consejo Croata de Defensa (HVO) y el Ejército
de Bosnia Herzegovina (EBiH) que eran fuerzas relativamente centralizadas.
Junto a estas fuerzas operaban fuerzas irregulares conformadas por:
Mercenarios, la policía local apoyada por civiles armados y 83 grupos
paramilitares de los cuales 56 eran serbios, 13 croatas y 14 bosnios, en total
cerca de 110.000 hombres.
Estas fuerzas, tanto regulares como irregulares, desarrollaron una estrategia
basada en “ganar territorios mediante el control político, más que mediante
ofensivas militares ya que la violencia era utilizada más para dominar la población
que para ocupar el terreno”. En desarrollo de esta estrategia, la guerra ya no
tenía como objetivo destruir la fuerza militar del enemigo sino la población.
En seis semanas, una ofensiva coordinada del ejército yugoslavo, grupos paramilitares
y las fuerzas locales serbias de Bosnia pusieron aproximadamente dos tercios
del territorio bosnio bajo control serbio. En mayo, las unidades y equipos del
ejército en Bosnia y Herzegovina fueron puestos bajo el mando de un general
serbio bosnio, Ratko Mladić.
El gobierno bosnio fue debilitado militarmente por un embargo internacional de
armas y por un conflicto en 1993-1994 con las fuerzas croatas. Pero más tarde,
en 1994, los croatas y bosnios de Bosnia acordaron formar una federación
conjunta.
En febrero de 1994, hubo el primer uso de la fuerza de la OTAN, sus
combatientes derribaron cuatro aviones serbios de Bosnia que estaban violando
la zona de exclusión aérea impuesta por la ONU sobre el país. Más tarde ese
año, a petición de la ONU, la OTAN lanzó ataques aéreos aislados e ineficaces
contra objetivos serbios de Bosnia. Después de la masacre de Srebrenica y otro
ataque de los serbios de Bosnia en un mercado de Sarajevo, la OTAN emprendió
ataques aéreos más concentrados a fines de 1995.
Combinada con una ofensiva terrestre bosnia-croata a gran escala, esta acción
llevó a las fuerzas serbias de Bosnia a aceptar conversaciones de paz
patrocinadas por los Estados Unidos. en Dayton en noviembre. El presidente
serbio Slobodan Milošević representó a los serbios de Bosnia.
La resultante de los acuerdos de Dayton exigieron una Bosnia y Herzegovina
federalizada en la que el 51% de la tierra constituiría una federación
croata-bosnia y el 49 % una república serbia. Para hacer cumplir el acuerdo,
firmado formalmente en diciembre de 1995, se desplegó una fuerza internacional
de 60.000 miembros .
En mayo de 1993, la ONU se estableció el Tribunal Penal Internacional para
la ex Yugoslavia (TPIY), en los años posteriores a la guerra, el tribunal
presentó cargos contra personas de todas las etnias y nacionalidades
representadas en el conflicto. Sin embargo, los más destacados fueron los casos
presentados contra las autoridades serbias de Bosnia. Milošević fue
arrestado en 2001 y acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad. Murió
en prisión en 2006 antes de la conclusión de su juicio. Karadžić se
ocultó en 1997, y pasó más de una década en libertad antes de su arresto en
julio de 2008. En marzo de 2016 fue declarado culpable de genocidio por su
papel en la masacre de Srebrenica , así como otros nueve cargos de crímenes de
guerra y crímenes contra la humanidad.
Mladić desapareció después del arresto de Milošević en 2001. Fue
arrestado por las autoridades serbias en 2011 y juzgado por el TPIY al año
siguiente. En noviembre de 2017 fue declarado culpable de genocidio y crímenes
de guerra y fue sentenciado a cadena perpetua. En su caso final antes del
vencimiento de su mandato , el TPIY también declaró a seis altos funcionarios
croatas culpables de crímenes de guerra y concluyó que el gobierno de Tudjman
había seguido una política criminal de limpieza étnica .
Cuando se leyó el fallo de apelación el 29 de noviembre, Slobodan Praljak,
quien había sido sentenciado a 20 años de prisión por crímenes de guerra cometidos
durante el asedio de Mostar , declaró en voz alta que rechazó el veredicto y
bebió de una botella de veneno que había pasado de contrabando a la sala del
tribunal. El proceso se suspendió de inmediato y Praljak murió poco tiempo
después.
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